•  Todos están callados ahora. El desaliento
    que repentinamente siguiera al comentario
    de esa duda, persiste como un presentimiento.
    El hermano recorre las noticias del diario

     que está sobre la mesa. La abuela se ha dormido
    y los demás aguardan con el oído...

  •  Accede, te lo ruego así. Dejemos
    — mientras se enfría el té que has preparado
    de leer el capítulo empezado:
    amada, cierra el libro y escuchemos...

     Y calla, por favor... Guarda tus finas
    burlas: ten la vergüenza, no imposible,
    de que tu dulce voz...