Por débil y pequeña,
oh flor de paraíso,
cabías en el vértice
del corazón en fiesta que te quiso.
Salíamos al campo
y tu cuerpo minúsculo
se destacaba airoso
en la grana y el oro del crepúsculo.
¡Oh noches enlunadas
oh provinciana orquesta...
Por débil y pequeña, Salíamos al campo ¡Oh noches enlunadas |
A mi madre y a mis hermanas A arrodillarme en... |
La vida mágica se vive entera Idolatremos todo... |
Eramos aturdidos mozalbetes: Sin la virtud frenética de Orfeo, En la misma... |
Jerezanas, paisanas, Os retrató la señora que dijo: |
Vive conmigo no sé qué mujer Sobre caricaturas y parodias, Dogma recíproco del corazón: |
He de encomiar en verso sincerista Una frialdad unánime |
En la muerte de José Enrique Rodó. |
Ya brotas de la escena cual guarismo Ya tus ojos entraron al combate |
Hambre y sed padezco: Siempre me he negado Vasos de devoción, arcas... |