Dijo anoche, su canto de muerte
la canción de la tos en tu pecho,
y, al mojarse en las notas rojizas,
mostró flores de sangre el pañuelo.
 — ¡Pobrecitas las carnes...

 ¡Siempre el mismo!... Ingrato... ¿Te parece poco
que jamás volvamos a encontrar tus huellas?
Sí, nunca hallaremos romero más loco...
¡Qué cosas las tuyas! ¡Irte a las estrellas!...

...

 ¡Ah, si volvieras...! ¡Cómo te extrañan mis hermanos!
La casa es un desquicio: ya no está la hacendosa
muchacha de otros tiempos. ¡Eras la habilidosa
que todo lo sabías hacer con esas manos...!

...

 Sí, vecina: te puedes dar la mano,
esa mano que un día fuera hermosa,
con aquella otra eterna silenciosa
«que se cansara de aguardar en vano.

 Tú también, como...

 A veces, miro un poco entristecido
la fiel evocación de ese retrato
donde estás viva, aunque mucho rato,
digo bien, mucho rato ha que te has ido.

 ¡Y apenas la...

Como un deslumbramiento de rubias primaveras
irradian y perfuman las dichas prisioneras
de todos tus encantos ¡Oh, poemas paganos!
Heroína y señora de rondeles galanos:

Para que siempre puedas orquestar tus mañanas
calandrias y zorzales mis selvas entrerrianas...

 El libro sin abrir y ¿el vaso lleno,
— con esto, para mí nada hay ausente. —
Podemos conversar tranquilamente:
la excelencia del vino me hace bueno.

 Hermano, ya...

 Mientras dice la lluvia en los cristales
sus largas letanías fastidiosas,
me aduermo en las blanduras deliciosas
de las tibias perezas invernales.

 El humo del...

 Todos están callados ahora. El desaliento
que repentinamente siguiera al comentario
de esa duda, persiste como un presentimiento.
El hermano recorre las noticias del diario

...

 Frío y viento. Ya en la casa miserable,
tiritando se durmió la viejecita,
y en la pieza, abandonada como siempre,
gime y tose, sin alivio, la enfermita.

 ¡Oh, qué...