Brotando lenta, apacible y lenta,
nacida de las cosas, como un milagro sin prisa
la noche se estaba ahí, puesta.
Era un milagro la noche, y era blanca.
Las cosas todas eran blancas
y blancas eras las casas de los hombres.
Cerca, el mar estaba ausente.
Y por las calles de Malvín
los amigos cantaban:
–"El ejército del pueblo
una tarde cruzó el río".
Era blanca la noche,
era muy blanca.
Hacia abajo, por las calles, yelo,
niebla blanca. Pequeños, inmensos,
desvaídos como en un sueño,
los que cantaban, cantan.
Oh! canto libre. Vienes secreto
mientras la noche esplende
fija, total, definitiva
como una enorme rosa blanca.