Sáficos

Dulce memoria de la prenda mía tan grata un tiempo como triste ahora, áureo cabello, misterioso nudo Ven a mi labio. ¡Ay! ven, y enjugue su fervor el llanto en que tus hebras inundó mi hermosa, cuando te daba al infeliz Fileno mísero amante. Lágrimas dulces, de mi amor consuelo, decidme siempre que mi Lesbia es firme; decid que nunca romperá su voto pérfida y falsa. ¡Oh! Cuánto el alma de dolor sentía cuánto mi pecho la aflicción rasgaba, cuando la hermosa con dolientes ojos Viéndome dijo: «¡Siempre, Fileno, de mi amor te acuerdas! Toma este rizo, que mi frente adorna... Toma esta Prenda de constancia pura... Guárdala fino». A donde quiera que la suerte cruda me arrastre ¡Oh rizo! seguirame siempre, y de mi Lesbia la divina imagen pon a mis ojos. Tú me recuerdas los felices días de paz y amor que fugitivos fueron cual débil humo de Aquilón al soplo Tórnase nada. ¡Oh! Cuántas veces su cabello rubio, al blando aliento de la fresca brisa, velón ondeaba, y en feliz desorden ¡Vino a mi frente! La luna amiga con su faz serena mil y mil veces presidió mi dicha... Memoria dulce de mi bien pasado, ¡Sé mi delicia!

Collection: 
1823

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