Mi corazón
nostálgico acunador de ensueños,
imantado de amor
tuvo la ficción del Norte
en los cuatro puntos cardinales.
Mi corazón poeta y buril loco
en el mármol frígido de las razones,
—muriendo ya— saludará
en los cromos lejanos de la tarde
a una mano fúlgida,
clamante viajera de horizontes,
que llama... llama...