Imitación de diversos

Vuestra tirana exención
y ese vuestro cuello erguido
estoy cierto que Cupido
pondrá en dura sujeción.
Vivid esquiva y exenta;
que a mi cuenta
vos serviréis al amor
cuando de vuestro dolor
ninguno quiera hacer cuenta.

Cuando la dorada cumbre
fuere de nieve esparcida
y la dos luces de vida
recogieren ya su lumbre;
cuando la ruga enojosa
en la hermosa
frente y cara se mostrare
y el tiempo que vuela helare
esa fresca y linda rosa;

cuando os viéredes perdida
os perderéis por querer,
sentiréis qué es padecer,
querer y no ser querida.
Diréis con dolor, señora,
cada hora:
¡Quién tuviera, ay, sin ventura,
o agora aquella hermosura,
o antes el amor de agora!

A mil gentes que agraviadas
tenéis con vuestra porfía
dexaréis en aquel día
alegres y bien vengadas.
Y por mil partes volando,
publicando
el amor irá este cuento,
para aviso y escarmiento
de quien huye de su bando.

¡Ay!, por Dios, señora bella,
mirad por vos, mientras dura
esa flor graciosa y pura,
que el no gozalla es perdella,
y pues no menos discreta
y perfeta
sois que bella y desdeñosa,
mirad que ninguna cosa
hay que a amor no esté sujeta.

El amor gobierna el cielo
con ley dulce eternamente,
¿y pensáis vos ser valiente
contra él acá en el suelo?
Da movimiento y viveza
a belleza
el amor, y es dulce vida;
y la suerte más valida
sin él es triste pobreza.

¿Qué vale el beber en oro,
el vestir seda y brocado,
el techo rico labrado,
los montones de tesoro?
¿Y qué vale si a derecho
os da pecho
el mundo todo y adora,
si a la fin dormís, señora,
en el solo y frío lecho?

Collection: 
1547

More from Poet

  • ¡Qué descansada vida
    la del que huye el mundanal ruido
    y sigue la escondida
    senda por donde han ido
    los pocos sabios que en el mundo han sido!

    Que no le enturbia el pecho
    de los soberbios grandes el estado,
    ni del dorado techo
    se admira, fabricado...

  • Folgava el rey Rodrigo con la hermosa Cava en la ribera del Tajo, sin testigo; el río sacó fuera el pecho, y le habló de esta manera: «En mal punto te gozes, injusto forçador; que ya el sonido y las amargas vozes, y ya siento el bramido de Marte, de furor y ardor ceñido. »¡Ay! essa tu alegría...

  • Cuando contemplo el cielo
    de innumerables luces adornado,
    y miro hacia el suelo,
    de noche rodeado,
    en sueño y en olvido sepultado,

    el amor y la pena
    despiertan en mi pecho un ansia ardiente;
    despiden larga vena
    los ojos hechos fuente,
    Loarte...

  • Vuestra tirana exención
    y ese vuestro cuello erguido
    estoy cierto que Cupido
    pondrá en dura sujeción.
    Vivid esquiva y exenta;
    que a mi cuenta
    vos serviréis al amor
    cuando de vuestro dolor
    ninguno quiera hacer cuenta.

    Cuando la dorada cumbre...

  • De nuevo, ¡oh Salamanca! estoy aquí , de la prisión salido. La frente toda blanca, el cuerpo envejecido. ¡Si las canas me hiciese más temido! Sosegado ya un tanto vuelvo a emprender la vía abandonada sin rencor ni quebranto. ¿Fe y vida está salvada? ¡Pues todo no ha quedado en la estacada!...