A Elpino

¡Feliz, Elpino, el que jamás conoce otro cielo ni sol que el de su patria! ¡Ay, si ventura tal contar pudiera...! Tú, empero, partes, y a la dulce patria tornas... ¡Dado me fuera tus pisadas seguir! ¡Oh! ¡cuán gozoso tu triste amigo oyera el ronco son con que la herida playa al terrible azotar del Océano responde largamente! Sí; la vista de sus ondas fierísimas, hirviendo bajo huracán feroz, en mi alma vierte sublime inspiración y fuerza y vida. Yo contigo, sus iras no temiendo, al vórtice rugiente me lanzara. ¡Oh! ¡cómo palpitante saludara las dulces costas de la patria mía, al ver pintada su distante sombra en el tranquilo mar del mediodía! ¡Al fin llegado al anchuroso puerto, volando a mi querida, al agitado pecho la estrechara, y a su boca feliz mi boca unida, las pasadas angustias olvidara! Mas, ¿a dónde me arrastra mi delirio? Partes, Elpino, partes, y tu ausencia de mi alma triste acrecerá el martirio. ¿Con quién ¡ay Dios! ahora hablaré de mi patria y mis amores, y aliviaré, gimiendo, mis dolores? El bárbaro destino del Texcoco en las márgenes ingratas me encadena tal vez hasta la muerte. hermoso cielo de mi hermosa patria, ¿No tornaré yo a verte? Adiós, amigo: venturoso presto a mi amante verás... Elpino, díla que el mísero Fileno la amará hasta morir... Díla cual gimo Lejos de su beldad, y cuantas veces regó mi llanto sus memorias caras. Cuéntala de mi frente, ya marchita, la palidez mortal... ¡Adiós, Elpino, adiós, y sé feliz! Vuelve a la patria, y cuando tu familia y tus amigos caricias te prodiguen, no perturbe tu cumplida ventura de Fileno doliente la memoria. mas luego no me olvides, y piadoso cuando recuerdes la tristeza mía, un suspiro de amor de allá me envía.

Collection: 
1823

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