La cúpula del Escorial, bajo el bautismo
del agresivo sol que irrita, ciega y daña,
es el caparazón de hipocondría y saña
de la inmensa tortuga del catolicismo.
Tartamudea el esquilón en la espadaña...
Guarda el macizo templo que se agobia a sí mismo
el detestable gusto del jesuitismo
sobre el triste panteón de los reyes de España.
... Un inquisitorial esfuerzo de pigricia
de Felipe y de Herrera. La fe que ajusticia
le ha dado al Monasterio color de ictericia.
¡Siniestro galápago, grave, ocre y moroso,
simbolizas la fuerza estéril del coloso
que al encontrarse feo se torna bilioso!