El Príncipe Sainete

Es soberano de la alegría,
de amores viejos, de galanía;
tiene de diablos un zaguanete
y cuando pasa cual leve brisa
todos le obsequian con franca risa
porque es el Príncipe Don Sainete.

Es una sombra que nos recuerda
galante vida que no fue cuerda
y que evocamos las almas solas
en abanicos de pastorelas,
en los retratos de las abuelas
y en las figuras de las consolas.

En borbotones de risa fresca
viste su grácil Musa diablesca
con la mantilla, con los caireles
y con la falda de medio paso,
y ambos le ponen a su Pegaso
una collera de cascabeles.

Es el que rinde marquesas locas;
muerde las fresas de bellas bocas
de las devotas de las Salesas;
todas le quieren, todas le admiran
y sonrientes todas le miran
desde los tronos de sus calesas.

Es Don Sainete prócer burlesco
y aunque muy noble, muy picaresco.
Desprecia el tedio, reta a la Muerte;
en su manteo siempre embozado,
Goya sublime le ha retratado
entre las sombras de un aguafuerte.

Cosas vulgares, cosas grotescas,
muecas estultas y pierrotescas,
que son las flores de tu tablado...
Con tus escenas hemos reído;
lo que tú dices lo hemos vivido;
lo que tú lloras lo hemos llorado.

Tu egregio padre fue Don Ramón
de la Cruz, genio que en su canción
puso desgaires y desparpajos,
y en sus escenas, sin par galanas,
cantó los ojos de las villanas
y las hazañas de nuestros majos.

Tu carcajada bella y jocunda
todo lo invade, todo lo inunda;
la vida seria te importa un bledo.
Tú siempre hieres, siempre desgarras;
has heredado las antiparras
que hace tres siglos usó Quevedo.

Tu agudo ingenio la vida traza
de nuestra sangre, de nuestra raza,
de nuestra pobre gloria perdida;
es el talento que se interesa
en el desnudo de una duquesa
como en los frescos de la Florida.

Eres la España frívola y loca
que con piropos siempre en la boca
-pero sin ansias de Prometeo-
iba a la zaga de las manolas
mientras volaban las Carmañolas
del otro lado del Pirineo.

Y con los jácaros, con los chisperos
tomaste todos los derroteros
en que dejamos nuestros tesoros;
mas conservando grata alegría,
siempre gozaba y en Dios creía
el feliz pueblo de pan y toros.

Y era aquel pueblo rudo y valiente;
eran leones de ardor latente
aunque fingían galán desmayo;
resucitaron glorias guerreras
y se batieron como unas fieras
en la jornada del Dos de Mayo...
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Cosas vulgares, cosas grotescas,
muecas estultas y pierrotescas
que son la flores de tu tablado...
Con tus escenas hemos reído;
lo que tú dices lo hemos vivido;
lo que tú lloras lo hemos llorado.

Las existencias ya desfloradas
mueven a llanto o a risotadas;
a nuestra pobre gloria perdida
la mordaz burla siempre acomete.
Más que tragedia siempre es sainete
ese sainete de nuestra vida.

Collection: 
1915

More from Poet

  • ¡Dentro de unas noches te quedarás muerta!
    Como las umbelas de los heliotropos
    se ajarán tus senos de hermosura yerta,
    y no tendré rimas, ni ritmos, ni tropos

    para retratarte dormida en los copos
    de tu albo reposo. Huirá tu alma incierta
    libre por las...

  • Tiene su pelo raros destellos
    cuando de noche sueña en los bancos;
    es la que tiene los ojos bellos;
    es la que tiene los dientes blancos.

    Es juglaresa de las aldeas;
    sus danzas cínicas son turbadoras;
    tiene el encanto de las napeas
    cuando el sol bruñe...

  • Este noble deleite de sudar y esforzarme
    para luego morir, sin querer recompensa...
    Ebrio de dinamismo, no me disperso nunca.
    Mi vida es simple y lineal.

    He donado mis tierras; he quemado mis ropas.
    Con mi mandil de cuero, en mi gruta, en mi fragua
    ...

  • Nietzsche, tu jerigonza parabólica
    briosa flagelaba al mundo estulto;
    de tu boca de morsa melancólica
    fluían las centellas del insulto.

    La vida es triste. Es un festín de heces.
    Torpes cerebros sucios y rastreros
    y en una apoteosis de sandeces...

  • Eres bella y elegante
    y tu alma extravagante
    en amar no se marchita;
    gozas la dicha completa.
    Dios no te hizo tan coqueta
    al hacerte tan bonita.

    Brotan lujuriosas luces
    de tus ojos andaluces
    y de tu pelo africano,
    y eres como una musmé...