SURQUE esa clavellina el mar; y muerta
Aún fiel testigo sea
De constancia y de amor. Ayer abierta
Entre otras mil se alzaba,
Y emblema de mi fé simbolizaba
De mejor porvenir la dulce idea.
¡Oh cuanto es inestable
La humana suerte, y triste y transitoria,
Cuanta mudanza en la pequeña historia
De una vida tan corta y miserable!
Yo que, gozoso soñador, un mundo
Miro brotar de la primera hora
De nuestro inmenso amor, y que la aurora
De eterna luz creía
El primer resplandor de aquel fecundo
Sol que alumbrara la ventura mía;
Hoy en emblema de tristeza y duelo
Miro trocar la flor de mis amores;
En decepción mi anhelo,
Mi gozo en humo y en dolor mi cielo;
Y en esta orilla de la mar, desierta,
Aún mi pobre esperanza
Contempla en lontananza,
Cruzando el mar, la clavellina muerta.