LAS olas espumosas
Que en infinitos círculos rodando
Besan la quilla de mi barco y mugen
Sin detenerse al paso,
Me parece que traen en sus rumores
Ecos de dicha blandos,
Ligeros vuelos de suspiros tristes,
Y el ruído de los besos que pasaron.
Ya brille el sol ó bien fenezca el día
Ó el matutino lampo
Tiña de nacar las cerúleas aguas,
Interminable ese rumor extraño
Vive en la mente mía
Imágenes perdidas evocando.
Es que me anuncia ese vaivén eterno
Que es solo en el cambiar constante el hado,
Por eso cuando pasan estas olas
Del turbulento océano
Sin pasar el monótono gemido
Que se renueva, sin cesar, sonando,
He sorprendido en sus volubles ecos,
De dichas que pasaron,
Yo no sé cuantas fútiles promesas.
Votos de amor, suspiros, voces, cantos,
Y hasta las risas de desdén que envían
Al viento los ingratos.