Arquero hoy de olvidados sueños,
he flechado tu imagen
con un dardo imprevisto del recuerdo.
Rubia muñeca de bazar de lujo,
en mis memorias de adolescente
con marco gris tu yaces displicente,
mientras tus humos tejen
en rancio novelón: héroe ficticio.
¿Y con esta complicada cocina
tú y yo doramos al amor?
Ah! el instinto. Padre Nuestro
que muerde y miente
cautelosamente.