Yo tenía un espejo,
Vidalita,
Donde me miraba
Y eran los ojitos
Vidalita,
De la que me amaba.
Ya no veo su imagen
Vidalita,
Donde la veía;
Me robó el espejo,
Vidalita,
La desdicha mía.
Los ojitos negros,
Vidalita,
De pupila ardiente,
Se han ido cerrando,
Vidalita,
Perezosamente;
Porque aquella llama,
Vidalita,
Que en ellos ardía
La apagó el aliento,
Vidalita,
De otra simpatía.
Ojos hechiceros,
Vidalita,
Que yo quise tanto,
Hoy al recordaros,
Vidalita,
Os envío mi llanto.