• Yo me he asomado a las profundas simas
    de la tierra y del cielo
    y les he visto el fin con los ojos
    o con el pensamiento.

    Mas, ¡ay! de un corazón llegué al abismo,
    y me incliné por verlo,
    y mi alma y mis ojos se turbaron:
    ¡tan hondo era y tan negro!


    ...