• Un gallo muy maduro,
    de edad provecta, duros espolones,
    pacífico y seguro,
    sobre un árbol oía las razones
    de un zorro muy cortés y muy atento,
    más elocuente cuanto más hambriento.

    «Hermano», le decía,
    «ya cesó entre nosotros una guerra
    que cruel repartía
    sangre y plumas al viento y a la tierra.
    Baja; daré, para perpetuo sello,...