• Cada vez que sin conmoverte
    mi tierno llanto ves correr,
    deplorando mi triste suerte
    me ofrezco no volverte a ver.
    Pero si acaso una sonrisa
    llego en tu boca a descubrir,
    lloro, suspiro, mi Luisa,
    y aquí a tus pies juro morir.

    Cuando el requiebro de otro amante
    veo que escuchas con placer,
    acusándote de inconstante,...