• ¡Ay del triste que consume
    su existencia en esperar!
    ¡Ay del triste que presume
    que el duelo con que él se abrume
    al ausente ha de pesar!

    La esperanza es de los cielos
    precioso y funesto don,
    pues los amantes desvelos
    cambian la esperanza en celos.
    que abrasan el corazón.

    Si es cierto lo que se espera,
    es un consuelo en...