• Era un poeta lírico, grandioso y sibilino
    que le hablaba a la tierra una tarde de invierno,
    frente a una posada y al volver de un camino:
    —¡Oh madre, oh tierra! —díjole—, en tu girar eterno
    nuestra existencia efímera tal parece que ignoras.
    Nosotros esperamos un cielo o un infierno,
    sufrimos o gozamos en nuestras breves horas,
    e indiferente y muda tú,...