• Una noche ardorosa,

    después de haber cenado alguna cosa,

    la joven Isabela

    en su lecho acostada

    del todo despojada

    trataba de entregarse al dulce sueño.

    Mas una infame pulga la desvela

    picando con empeño

    ya el reducido pie, ya la rodilla,

    ya la rolliza y blanca pantorrilla.

    La joven, impaciente,

    echa inmediatamente...