• En un carro manchego

    caminaba una moza inocentona

    de gallarda persona

    propia para inspirar lascivo fuego.

    El mayoral del carro era Farruco,

    de Galicia fornido mameluco,

    al que, en cualquier atasco, daba asombro

    verle sacar mulas y carro al hombro.

    Un colchón a la moza daba asiento,

    porque el mal movimiento

    del carro algún...