¡CÓMO CAMBIAN LOS TIEMPOS!
Cuando de niño empecé
a darme a la poesía,
tan en serio lo tomé,
que sólo en serio escribía.
Romántico exagerado,
era lo triste mi fuerte.
¡Válgame Dios!, ¡le he soltado
cada soneto, A la muerte!
La fatalidad, el sino,
el hado, la parca fiera,
el arroyo cristalino
y la...