• Este amor, que yo alimento
    de mi propio corazón,
    no nace de inclinación,
    sino de conocimiento.

    Que amor de cosa tan bella,
    y gracia, que es infinita,
    si es elección, me acredita,
    si no acredita mi estrella.

    ¿Y qué deidad me pudiera
    inclinar a que te amara,
    que ese poder no tomara
    para sí, si le tuviera?

    Corrido, señora...

  • Amado dueño mío,
    Escucha un rato mis cansadas quejas,
    Pues del viento las fío,
    Que breve las conduzca a tus orejas,
    Si no se desvanece el triste acento
    Como mis esperanzas en el viento.

    Óyeme con los ojos,
    Ya que están tan distantes los oídos,
    Y de ausentes enojos
    En ecos de mi pluma mis gemidos;
    Y ya que a ti no llega mi...