• Mi vida, enferma de fastidio, gusta
    de irse a guarecer año por año
    a la casa vetusta
    de los nobles abuelos,
    como a refugio en que en la paz divina
    de las cosas de antaño
    sólo se oye la voz de la madrina
    que se repone del acceso de asma
    para seguir hablando de sus muertos
    y narrar, al amparo del crepúsculo,
    la aparición del familiar...

  • Deseáis, señor Sarmiento,
    saber en estos mis años,
    sujetos a tantos daños,
    cómo me porto y sustento.

    Yo os lo diré en brevedad,
    porque la historia es bien breve,
    y el daros gusto se os debe
    con toda puntualidad.

    Salido el sol por oriente
    de rayos acompañado,
    me dan un huevo pasado
    por agua, blando y caliente.

    Con dos...