Bella Emilia, perdón; yo te lo ruego
por tu belleza; ¡ah cielos! ¡mi osadía
cuánta disculpa tuvo! ¿Dó se halla
aquel que a tu hermosura indiferente
sin amarte te mira? ¿Quién tu dulce,
tu suave elocuencia escuchar pudo
sin la emoción más viva? ¿Y yo cuitado,
yo solo ¡ay triste! sentiré tus iras?
¿Te aplacas, bella Emilia? ¿Me perdonas?...