• ¡Ved!... ya la vida universal fermenta
    En el regazo de la inmensa madre,
    Que rota la amplia túnica de hielo
    Su seno entrega sin cesar fecundo
    A los besos de lluvia engendradora,
    O a las caricias de amoroso viento.
    La eterna desposada
    Cede al blando alentar que hincha y entreabre
    Los poros mil de su robusta entraña,
    Y hombres,...