• Cuando pasa el Nazareno
    de la túnica morada,
    con la frente ensangrentada,
    la mirada del Dios bueno
    y la soga al cuello echada,

    el pecado me tortura,
    las entrañas se me anegan
    en torrentes de amargura,
    y las lágrimas me ciegan,
    y me hiere la ternura...

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    Yo he nacido en esos llanos
    ...