•  Frío y viento. Ya en la casa miserable,
    tiritando se durmió la viejecita,
    y en la pieza, abandonada como siempre,
    gime y tose, sin alivio, la enfermita.

     ¡Oh, qué noche! Se me antoja ver extraños
    rojos cirios en las calles solitarias...
    ¡con qué...