• Colúmpiase en el valle una azucena
    tan pura y tan galana
    como de abril la cándida mañana.
    El zumbador que la enamora tierno
    de su pudor y su beldad celoso,
    no se atreve a libar en su corola
    el néctar delicioso;
    del sustento es priva
    porque lozana y candorosa viva,
    y muriera contento
    gozando los perfumes de su aliento:
    ...