¡Princesa del divino imperio azul, quién besara tus labios
luminosos!
¡Yo soy el enamorado extático que, soñando mi sueño de
amor, estoy de rodillas, con los ojos fijos en tu inefable claridad,
estrella mia que estas tan lejos!. ¡Oh, cómo ardo de celos, cómo
tiembla mi alma, cuando pienso que tú, cándida hija de la Au-
rora, puedes fijar tus miradas en el...