• ¡Oh bienaventuranza fértil de los que saben
    ir gimiendo y llorando despreciativamente,
    como en la Salve, que es un óleo y una fuente!

    Yo también supe antaño de la bondad del cielo
    que en mis acerbos pésames llovía,
    y compuse mi Salve, con la fe de un cruzado
    bajo los muros de Antioquía.

    Mas hoy es un vinagre
    mi alma, y mi ecuménico dolor un...