• ¡El Día...!
    Y una vez más el vocablo snoro
    hace rodar, sobre la faz sombría
    de la Noche, la gran lágrima de oro.

    ¡FIAT LUX...! Y la divina algarabía
    que predice las horas bellas
    truena bajo la cúpula dorada
    y apaga con su soplo las últimas estrellas...

    Y todo es una claridad rosada
    que anuncia el Día...
    ¡El Día...!

  • Ah, no abras la ventana todavía,
    ¡es tan vulgar el sol...! La luz incierta
    conviene tanto a mi melancolía...
    Me fastidia el rumor con que despierta
    la gran ciudad... ¡Es tan vulgar el día...!

    Y ¿para qué la luz...? En la discreta
    penumbra de la alcoba hay otro día
    dormido en tus pupilas de violeta...
    Un beso más para mi boca inquieta...
    ¡Y...

  • Una larga carretera
    entre grises peñascales,
    y alguna humilde pradera
    donde pacen negros toros. Zarzas, malezas, jarales.
    Está la tierra mojada
    por las gotas del rocío,
    y la alameda dorada,
    hacia la curva del río.
    Tras los montes de violeta...

  • Blando céfiro mueve sus alas
    empapadas de fresco rocío...
    De la noche el alcázar sombrío
    dulce alondra se atreve a turbar...
    Las estrellas, cual sueños se borran...
    Sólo brilla magnífica una...

    ¡Es el astro del alba! La luna
    ya desciende, durmiendose, al mar.

    Amanece: en la raya del cielo
    luce trémula cinta de plata
    que, trocada...