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    Por una senda van los hortelanos,
    que es la sagrada hora del regreso,
    con la sangre injuriada por el peso
    de inviernos, primaveras y veranos.

    Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
    y van a la canción, y van al beso,
    y van dejando por el aire impreso
    un olor de herramientas y de manos.

    Por otra senda yo, por otra senda
    que...