• ¿Dónde estará la niña
    que en aquel lugarejo
    una noche de baile
    me habló de sus deseos
    de viajar, y me dijo
    su tedio?

    Gemía el vals por ella,
    y ella era un boceto
    lánguido: unos pendientes
    de ámbar, y un jardín
    en el pelo.

    Gemían los violines
    en el torpe quinteto...
    E ignoraba la niña
    que al quejarse de tedio...