• A ti, con quien comparto la locura
    de un arte firme, diáfano y risueño;
    a ti, poeta hermano que eres cura
    de la noble parroquia del Ensueño;
    va la canción de mi amoroso mal,
    este poema de vetustas cosas
    y viejas ilusiones milagrosas,
    a pedirte la gracia bautismal.

    Te lo dedico
    porque eres para mí dos veces rico;
    por tus ilustres...