• Atraviesas la vida como un jirón de bruma
    —tan exquisita y tan crepuscular—
    celeste y vaporosa, con levedad de espuma
    o de aroma lunar.

    No basta el verso diáfano para tu gracia suma,
    ni la cadencia rítmica del misterioso mar,
    ni el trino de la alondra que sonrosa su pluma
    en el parque de sol y aroma de azahar.

    Es tuyo el melodioso imperio de la...

  • Los espejos de límpida mirada
    con una voluptuosa complacencia
    copiaban tu imperial magnificencia
    de blondes y de seda perfumada.

    Las bujías de ardiente llamarada,
    en el salón de asiática opulencia,
    fingían, circundando tu presencia,
    los ojos de una fiera hipnotizada...

    Un llanto largo y musical vertía
    Chopin en una rara melodía...
    ...

  • "...Cuando en alta noche tranquila, sobre las teclas tu mano blanca." (?)

    La Luna -osa de plata-
    deshoja ya, su tesoro
    sobre los frondajes de oro
    del jardín azur y plata;
    la fuente, su serenata,
    abandona a los Cefiros;
    y los profundos zafiros
    que enjoyan tu banca mano,
    tiemblan, en lo albo del...

  • ¡Cómo estás en tu negro calabozo de arcilla,
    en vigilia perenne sepulta, oh, alma mía!,
    ¡en el fango del mundo hincada la rodilla,
    tú que eres toda luz y gracia y harmonía!

    ¡Gota azul de la sangre divina de los astros,
    que el Destino virtió en un ánfora pobre!
    ¡Arquitectura eximia de oros y alabastros
    hundida para siempre en el mar salobre...!

    ...

  • La seda de tus lánguidas pestañas
    a proteger tus ojos descendía,
    ante la encantadora bicromía
    de las aristocráticas arañas.

    Un solemne mutismo de campañas
    al Vesper nuestras almas invadía;
    y, de súbito habló la melodía
    con un dulzor de pastoriles cañas...

    Para escucharla, se detuvo el viento...
    a la maga caricia de su acento,
    vibró...

  • Una anemia de lirios otoñales
    se deshojaba en la amplitud marina
    y la vibrátil onda cantarina
    recitaba exquisitos madrigales.

    Y era que en un arpegio de cristales
    elogiaba tus gracias de Infantina
    y tu perfil de emperatriz latina
    nimbado de fulgores ideales.

    De pronto se borraron los confines;
    un eco de lejanos burcelines
    rasgó los...

  • Mueven al aire rosa sus alas los pavones...
    Huella la Emperatriz la escalera de jade
    y su traje de luna y aúreas constelaciones
    de un aroma inefable los jardines invade.

    Sus ojos de luz tibia y de mirada sabia
    hacen palidecer astros y pedrerías;
    su carne macerada en ungüentos de Arabia,
    de nardo ungieron siete noches y siete días.

    Lagrimea una...

  • Por la noche la Muerte las alcobas visita
    donde dormimos nuestros apetitos bestiales y,
    buen vendimiador, los frutos escogita
    de sus vendimias eternales.

    Una vez a mí lado llegó calladamente
    y, cual si fuera un miembro próximo de la familia,
    me acarició las manos y me besó la frente;
    y yo comprendí todo...

    Y, desde esa vigilia,
    ella...

  • I
    Al par te implora y te mima
    en mi canto, mi tristeza:
    te solloza cada rima
    y cada estrofa te besa.

    II
    Dices que no tienen motivo mis penas,
    pues las lloro mías cuando son ajenas...
    ¡Ay!, ese es mi encanto:
    llorar por aquellos que no vierten llanto.

    III
    Como Dios me ha dado don de melodía
    en música...

  • Fue en un poniente mágico de púrpura y oros:
    con música de brisas en los pinos sonoros,
    rítmicas desfilaban las horas, al ocaso,
    tal una ronda griega cincelada en un vaso;
    un terciopelo verde parecía la pampa
    y el cromo era lo mismo que una eglógica estampa.

    Escuchaban los valles la Palabra Infinita
    con que Él habla a las cosas:
    a las humildes...