• Cual suele el ruiseñor entre las sombras
    de las hojas del olmo o de la haya
    la pérdida llorar de sus hijuelos,
    a los cuales sin plumas aleando
    el duro labrador tomó del nido;
    llora la triste pajarilla entonces
    la noche entera sin descanso alguno,
    y desde allí, do está puesta en su ramo,
    renovando su llanto dolorido,
    de sus querellas...