• A Arturo Borja

    Recuerdo que te hallé por mi camino
    como un Verlaine aún adolescente,
    ¡y daba el signo de un fatal destino
    tu alma de estirpe lírica y ardiente!

    Y ambos fraternizamos; que tus rosas
    para todas las almas entreabrías,
    ¡haciéndote en las horas humildosas
    dueño de todas las melancolías...!

    Quién volviera a tus ojos, en...

  • En los prados de tu huerto
    a la luz del plenilunio
    se moría cada flor,
    y concurriendo a una extraña
    complicidad de infortunio,
    en el rosal de mi vida
    se deshojaba el amor.

    Bien pudiera el peregrino
    hacer estación romántica
    a la mitad del camino,
    y desgranar un rosario
    de cuentas sentimentales
    por aquel deshojamiento...