Quienquiera que fueres, óyeme:
Si con ávidas miradas
Nunca tú á la luz del Véspero
Has seguido las pisadas,
El andar suave y rítmico
De una celeste visión;
O tal vez un velo cándido,
Cual meteoro esplendente.
Que pasa, y en sombras fúnebres
Ocúltase de repente,
Dejando de luz...