• ¿Conoces, como yo, el dolor sabroso?,
    Y de ti haces decir: "¡Oh, que hombre singular!"
    -Iba yo a morir. Era aquello en mi alma amorosa,
    Deseo mezclado al horror, un mal particular;

    Angustia y viva esperanza, sin humor ficticio.
    Cuanto más se vaciaba la fatal ampolleta,
    Más áspera y deliciosa era mi tortura;
    Todo mi corazón se desprendía del mundo...

  • (EN EL CONCIERTO)
    Llueve; la tarde triste y nebulosa.
    Al beso de la lluvia fecundante
    su frente inclina la purpúrea rosa,
    como al ósculo fresco del amante
    la enamorada virgen ruborosa.
    El agua cristalina
    en las frondosas ramas centellea,
    cual joya de diamantes que campea
    en los bellos cabellos de una ondina...

  •  
    VINO el angel del sueño
    Y en mi tranquilo lecho reposó;
    Con sus dedos de pétalos de rosa
            Mis párpados cerró.
    Vedándome que viera las estrellas
            En el espacio azul,
    Y era porque no viera que venías
            Á visitarme tú.
    Mas cantaron al fin las golondrinas
            Y apareció la luz;
    Dejó mi lecho el angel...

  •  En medio del gentío ya no hay quien pueda
    pasar, pues andan sueltos los pisotones
    que han promovido algunas serias cuestiones
    entre los ocupantes de la vereda.

     En la puerta, un travieso chico remeda
    la jerga de un vecino que a manotones
    logró llegar...

  • ¡Tus hermosos ojos están fatigados, pobre amante!
    Quédate mucho tiempo, sin volverlos a abrir,
    En esa postura indolente
    En que te sorprendió el placer.
    En el patio el surtidor que brota
    Y no se calla ni de noche ni de día,
    Entretiene dulcemente el éxtasis
    En que, en esta tarde me sumió el amor.

    El haz desparramado
    En mil flores,
    ...

  • Vibre, mi musa, el surtidor de oro,
    la taza rosa de tu boca en besos;
    de las espumas armoniosoas surja
    vivo, supremo, misterioso, eterno,
    el amante ideal, el esculpido
    en prodigios de almas y de cuerpos;
    debe ser vivo a fuerza de soñado,
    que sangre y alma se me va en los sueños;
    ha de nacer a deslumbrar la Vida,
    ¡y ha de ser ser un dios...

  • Arrepentido voime a confesar:
    jamás a delinquir he de volver:
    ¡O buen Jesús! ¿querrásme perdonar?
    De culpa tanta ¿quién me ha de absolver?
    Pues, si ningún pecado he de ocultar,
    Decir al Confesor he menester,
    ¡O Dios mío! que soy un suscriptor
    Al Diario de la tarde y al Censor.

  • — A donde vas? — una furtiva lágrima
            Le preguntó á un suspiro —
    ¿Cual todos tus hermanos vas al viento
            Sin rumbo y sin destino?

    — Voy en alas del viento do me manda
            Un pecho conmovido —
    Dijo al pasar junto á la tibia lágrima
            El íntimo suspiro —
    Voy á un punto del cielo muy remoto,
            Pero con rumbo fijo...

  •    I
    Oh Deidad impasible por quien blasfemo y oro:
    tu alma es como un palacio de mármol, bello y frío,
    con plafones de cedros y altivas puertas de oro,
    solemne y armonioso, como un templo vacío.

    En diáfanos ponientes hay la gracia de un vuelo,
    de leves sedas blancas, de cisnes y palomas;
    y, entre las columnatas, elevan hasta el cielo
    sus...

  • Con nuestras propias manos temblorosas
    tejemos nuestro bien y nuestro mal;
    ¡y deshojamos nuestras propias rosas
    como en un juego trágico y banal...!

    Y depués, al mirar el alma pobre,
    es la angustia y desesperación
    de ver trocado en monedas de cobre
    todo el oro de nuestro corazón...