Cuando el cielo bajo y pesado como tapadera
Sobre el espíritu gemebundo presa de prolongados tedios,
Y del horizonte, abarcando todo el círculo,
Nos vierte un día negro más triste que las noches;

Cuando la tierra se cambia en un calabozo húmedo,
Donde la Esperanza...

I

De aquel terrible paisaje,
Tal que jamás un mortal vio,
Esta mañana todavía la imagen,
Vaga y lejana, me arrebataba.

¡El sueño estaba lleno de milagros!
Por un capricho singular
Yo había desterrado del espectáculo
El vegetal singular,...

El Demonio, en mi altillo,
Esta mañana vino a verme,
Y, tratando de cogerme en falta,
Me ha dicho: "Yo quisiera saber,

Entre todas las hermosas cosas
De que está hecho su encanto,
Entre los objetos negros o rosados
Que componen su cuerpo encantador,...

Esta noche, la luna sueña con más pereza;
Tal como una beldad, sobre numerosos cojines,
Que con mano distraída y leve acaricia
Antes de dormirse, el contorno de sus senos,

Sobre el dorso satinado de las muelles eminencias,
Desfalleciente, ella se entrega a largos...

Meterías al universo entero en tu calleja,
¡Mujer impura! El hastío torna tu alma cruel.
Para ejercitar tus dientes en este juego singular,
Necesitas cada día un corazón en el pesebre.
Tus ojos, iluminados cual tiendas
Y tejos llameantes en los festejos públicos,...

Es muy fea. ¡Y sin embargo, es deliciosa!

El Tiempo y el Amor la han señalado con sus garras y la han enseñado cruelmente lo que cada minuto y cada beso se llevan de juventud y de frescura.

Es verdaderamente fea; es hormiga, araña, si queréis hasta esqueleto: ¡pero también es...

(1)
Las tinieblas

En las cavernas de insondable tristeza
Donde el Destino ya me ha relegado;
Donde jamás penetra un rayo rosado y alegre;
Donde, sólo, con la Noche, áspera huéspeda,

Yo soy como un pintor que un Dios burlón
Condena a...

Este espectro singular no tiene otro aderezo,
Grotescamente plantado sobre su frente de esqueleto,
Que una diadema horrible y carnavalesca.
Sin espuelas, sin fusta, acosa un caballo,
Fantasma como él, rocín apocalíptico,
Que babea por el belfo como un epiléptico....

Era la explosión del año nuevo: caos de barro y nieve, atravesado por mil carruajes, centelleante de juguetes y de bombones, hormigueante de codicia y desesperación; delirio oficial de una ciudad grande, hecho para perturbar el cerebro del solitario más fuerte.

Entre todo aquel barullo y...

Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo...