¡Eres un hermoso cielo de otoño, claro y rosado!
Pero la tristeza en mí sube como el mar,
Y deja, al refluir, sobre mi labio moroso
El recuerdo penetrante de su limo amargo.

—Tu mano se desliza en vano sobre mi pecho que se pasma;
Lo que ella busca, amiga, es un...