• Por la noche la Muerte las alcobas visita
    donde dormimos nuestros apetitos bestiales y,
    buen vendimiador, los frutos escogita
    de sus vendimias eternales.

    Una vez a mí lado llegó calladamente
    y, cual si fuera un miembro próximo de la familia,
    me acarició las manos y me besó la frente;
    y yo comprendí todo...

    Y, desde esa vigilia,
    ella...

  • A esa hora de la madrugada,
    hora en que los enfermos mueren,
    en que los cristales se enfrían,
    en que Dios nos olvida,
    a esa hora la ví.
    Una lenta lava triste, caminaba su cara.
    Mano de hueso, pie de sombra oscura,
    la boca manándole negruras,
    junto a mi cama estaba.

  • ¡Oh ciudad silenciosa de los muertos!
    En ti se apaga el huracán humano,
    cual muere al pie de las tranquilos puertos
    el estruendo y furor del océano.
    Tú el sólo asilo de los hombres eres
    donde olviden del hado los rigores,
    sus ansias, sus dolores, sus placeres
    que no son en rigor sino dolores.
    Parece que me invitas a que vaya
    en ti a...