• Ya en los campos de Jaén
    amanece. Corre el tren
    por los brillantes rieles,
    devorando matorrales,
    alcaceles,
    terraplenes, pedregales,
    olivares, caseríos,
    praderas y cardizales,
    montes y valles sombríos.
    Tras la turbia ventanilla,
    pasa la devanadera
    del campo de primavera.
    La luz en el techo brilla
    de mi vagón de...