• A M. Joseph Stevens.

    Nunca me avergoncé, ni aun delante de los escritores jóvenes de mi siglo, de admirar a Buffon; mas hoy no he de llamar en mi ayuda al alma de ese pintor de la Naturaleza pomposa. No.

    De más buena gana me dirigiría a Sterne, para decirle: «¡Baja del Cielo, o sube hasta mí de los Campos Elíseos, para inspirarme en favor de los...

  •  Ya llegan cansados en rondas hambrientas
    a husmear buenos trozos entre los residuos:
    caridad de afables cristianas sirvientas
    que tienen por ellos cuidados asiduos.

     La humildad que baja de sus lagrimales
    se trueca en desplantes de ladridos fieros:
    ...