• EN SU CORONACIÓN

    I
    Un genio ardiente, un alma vengadora
    reclama ya la universal conciencia:
    brilla el cinismo, triunfa la licencia,
    y la maldad se yergue vanidosa.
    Falta un genio de voz atronadora
    que maldiga del mundo y la impudencia,
    reduzca al ambicioso a la impotencia
    y arranque tanta máscara traidora.
    Un genio, sí...