• Cae la tarde quieta como un concierto
    de voces misteriosas. La pradera
    sobrecoge nuestra alma, cual si fuera
    un corazón piadoso que ha muerto.

    En tanto pensativo va el poeta
    por la humilde y sedienta carretera...
    Hace alto... se estremece; se dijera
    que alguna idea lúgubre le inquieta.

    Otea delirante la negrura
    que se alza hasta sus pies...

  • Desamparo remoto de la estrella,
    hermano del amor sin esperanza,
    cuando el herido corazón no alcanza
    sino el consuelo de morir por ella.

    Destino a la vez fútil y tremendo
    de sentir que con gracia dolorosa
    en la fragilidad de cada rosa
    hay algo nuestro que se está muriendo.

    Ilusión de alcanzar, franca o esquiva,
    la compasión que...

  • Con su veste en color de serpentina,
    reía la voluble Primavera...
    Un billón de luciérnagas de fina
    esmeralda, rayaba la pradera.

    Bajo un aire fugaz de muselina,
    todo se idealizaba, cual si fuera
    el vago panorama, la divina
    materialización de una quimera...

    En consustaciación con aquel bello
    nirvana gris de la Naturaleza,
    te...