• Aunque tus cejas malas
    Te infunden un aire extraño
    Que no es digno de un ángel,
    Hechicera de los ojos atrayentes,

    ¡Yo te adoro!, ¡oh, mi frívola,
    Mi terrible pasión!
    Con la devoción
    del sacerdote por su ídolo.

    El desierto y la floresta
    Embalsaman tus trenzas rústicas.
    Tu cabeza tiene las actitudes
    Del enigma y del secreto....