•  ¡No te amedrente el ponzoñoso dardo
     de turba vil, que con rencor bastardo
     te provoca y te insulta!; ¡firme lidia!...
     ¡Porque jamás vio el mundo, oh noble bardo,
     fuego sin humo, gloria sin envidia!

  • Al eminente crítico y poeta argentino don Calixto Oyuela

     

     Mi ventana, que se abre a la campiña
     do se extiende fantástico paisaje,
     cubre del huerto trepadora viña
     con la tupida red de su ramaje;
     

     entre su fronda, hasta la oscura estancia
     filtra su blanca luz la luna...

  • A don Fernando Velarde

     

     ¿Cómo cantar, cuando llorosa gime,
     sin esperanza y sin amor, el alma;
     y por doquiera, con horror, la oprime
     de los sepulcros la siniestra calma?
     

     ¿Cuando de los espíritus el vuelo
     ata doliente, universal marasmo;
     y, con sus alas...

  • A don Juan Valera

     

     Rugió la tempestad; y yo, entretanto,
     del monte al pie, la faz sobre la palma
     vertiendo acerbo inextinguible llanto,
     quedé en su pena, adormecida mi alma;
     cuando cesó el sopor de mi quebranto,
     limpio estaba el azul, el viento en calma...
     ¡y con asombro...