• Tu eres joven, como un lirio de los valles,
    que recién abre su cáliz,
    ¡que recién!
    los cendales candorosos de sus pétalos de seda
    suelta al viento de la aurora...
    ¡yo soy el trágico laurel!.
    Yo soy viejo, carcomido, lamentable,
    como un roble centenario,
    ¡que cayó!
    que cayó para in eternum, para nunca más alzarse
    por los siglos...